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Aquí se construye una cooperación académica transcontinental e intergaláctica
enfocado al pensamiento Iberoámericano.
Actuamente se entrelaza la comunicación de investigador@s de las siguientes instituciones:

Universidad de Buenos Aires, Argentina
Universidade Estadual de Goiás, Brazil
Universidad de Costa Rica
Casa de Africa, Oficina del Historiador, Cuba
Fundación Fernando Ortiz, Cuba
Estación 2 de Diciembre, Guatemala
Universidad Autónoma Metropolitana, México
Escuela Nacional de Antropología e Historia, México
Universidade de Écora, Portugal
Universidad Campesina Indígena en Red
Instituto Latinoámericano de Austria

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Frantz Fanon:

"Hay que reformular el problema del hombre. Hay que reformular el problema de la realidad cerebral, de la masa cerebral de toda la humanidad cuyas conexiones hay que multiplicar, cuyas redes hay que diversificar y cuyos mensajes hay que rehumanizar. […]
No rindamos, pues, compañeros, un tributo a Europa creando estados, instituciones y sociedades inspirados en ella. La humanidad espera algo más de nosotros que esa imitación caricaturesca y en general obscena."

(Los Condenados de la Tierra, Conclusiones)

Marx y los Subalternos

El moloc capital, como decía Marx, se parece una incesante maquina de traducción que continuamente subsume antagonismos sociales, resistencias individuales y/o diferencias sociales bajo el lenguaje uniforme del valor capitalizado. Esa maquinaria capitalista de traducción aplica indistintamente medios económicos y no-económicos: Cuando la aplicación de la presión económica (reducción de salarios, aumento de precios, intensificación de la presión laboral, etc.) ya no resulta suficiente para la producción y reproducción del mercado laboral como premisa capitalista, entonces en cualquier momento se recurre a medidas de coerción no-económica (expropiación ilegal, trabajo obligatorio, contratos fraudulentos, etc.). Marx habla con sarcasmo de los métodos idílicos de la llamada acumulación originaria al referirse a estos procesos no-económicos y nombra algunos bien significantes:

“El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, el exterminio, la esclavización y el sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: tales son los hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria.”

Los procesos idílicos forman parte tanto del arsenal histórico pre-capitalista como del arsenal actual del capitalismo (neoliberal). Particularmente la expansión colonial se enfrenta con distintos regulativos sociales y económicos (una variedad de formas de producción y distribución que Marx subsume a los modos asiáticos de producción), que incentivan la reactivación de esos procesos idílicos. La acumulación originaria y sus procesos idílicos son los espectros que invaden al capital en cualquier etapa de su desenvolvimiento histórico.

Estos espectros forman una parte fundamental de los mecanismos que traducen la labor humano en una fuerza de trabajo abstracto como equivalente general en el lenguaje uniforme del valor capitalizado. Marx define la fuerza de trabajo como
“la esencia de las capacidades físicas y mentales que existen en la corporeidad, en la personalidad viva del humano”
y Dipesh Chakrabarty concluye que
“el trabajo abstraído en la búsqueda capitalista por una medida general para la actividad humana es la vida misma.”

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kairos – chairo

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